Conecta con nosotros

Justicia y control

Así cayó alias ‘Chirimoya’: 11 años de inteligencia para dar de baja al jefe del Clan del Golfo en Córdoba

Una delación interna permitió ubicar a José Miguel Demoya Hernández, alias ‘Chirimoya’, uno de los cabecillas más buscados del Clan del Golfo. Su muerte activó represalias violentas en el sur de Córdoba.

Desde 2014, las autoridades intentaban rastrear a José Miguel Demoya Hernández, alias ‘Chirimoya’, sin obtener imágenes, grabaciones ni interceptaciones. “Era un fantasma para la justicia”, dijo el coronel Elver Vicente Alfonso Sanabria, director del Gaula de la Policía.

Sus víctimas y antiguos subordinados lo describían como “un hombre sanguinario, silencioso y radical”. Según el coronel Sanabria, fue “la sombra de alias ‘Otoniel’”, quien le encomendó una misión: “expandir el grupo armado, dominar a sangre y fuego”.

La operación que terminó con su vida fue parte de la estrategia Agamenón y contó con apoyo de la DEA y la Fiscalía. Durante cuatro meses se realizaron rastreos satelitales, entrevistas con informantes, análisis financieros y vigilancia a redes logísticas.

Los indicios apuntaron a una finca en la vereda El Porvenir, zona rural de La Apartada, Córdoba. “Los testimonios que recolectamos entre las comunidades rurales eran casi susurros. Nadie decía su nombre. Nadie confirmaba su presencia. Pero el silencio era elocuente”, relató un investigador.

El 5 de abril de 2025, un grupo élite de 60 comandos del Gaula ejecutó el operativo. Permanecieron varios días ocultos en la vegetación, hasta que sus dos escoltas salieron del lugar. “Fue el momento de oportunidad para poder capturarlo, pero nos atacó”, explicó el coronel.

‘Chirimoya’ disparó con una pistola FiveSeven, conocida como “mata policías” por su capacidad para perforar chalecos antibalas. “El intercambio fue corto, preciso, letal”, detalló Sanabria. En el lugar hallaron el arma, diez proveedores, 200 cartuchos y material del Clan del Golfo.

Un dato clave: la traición
La ubicación fue confirmada por uno de sus propios hombres. “La información precisa de su paradero la entregó uno de sus subalternos a quien había insultado hace varias semanas por la pérdida del dinero de una droga. Esta persona nos confirmó todos los detalles que ya teníamos adelantados por la parte técnica de la inteligencia”, sostuvo el coronel.

Un sepelio bajo amenazas
El Gaula también infiltró el funeral del cabecilla. “Ni muerto ‘Chirimoya’ dejaba de sembrar el horror. A las familias les pidieron una cuota de por lo menos dos integrantes para que asistieran al funeral del quinto cabecilla del Clan del Golfo y quienes se opusieran eran declarados como objetivo militar”, relató un agente infiltrado.

“Ellos dieron instrucciones claras de los videos y de la organización de este sepelio para que la imagen en redes sociales fuera distinta a la que nosotros mostramos tras la operación exitosa”, añadió.

Las retaliaciones
El 11 de abril, en la misma zona rural de El Porvenir, fueron asesinados Yaquelín Zabaleta y su hijo Andrés. Sus cuerpos fueron hallados envueltos en plástico cerca de la vía que conecta La Apartada con Ayapel. Según testigos, eran trabajadores de la finca donde cayó el cabecilla y estarían emparentados con el informante.

“Creemos que este asesinato son retaliaciones por las situaciones que se han presentado en el sur de Córdoba y el Bajo Cauca por las acciones directamente contra el Clan del Golfo”, señaló el comandante de la Policía de Córdoba.

También se reportó la desaparición de los escoltas personales de ‘Chirimoya’, quienes habrían salido de la finca antes del operativo. Las autoridades no descartan que hayan sido víctimas de represalias.