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Justicia y control

31 militares secuestrados en El Tambo, Cauca, tras asonada atribuida a disidencias de las Farc

Dos suboficiales y 29 soldados del Ejército Nacional permanecen retenidos por una comunidad en zona rural de El Tambo, Cauca. El Ejército señala que la población fue instrumentalizada por la estructura Carlos Patiño, vinculada a las disidencias de las Farc.

El Ejército Nacional confirmó que 31 de sus integrantes —dos suboficiales y 29 soldados— fueron secuestrados el sábado 21 de junio en el corregimiento de El Plateado, municipio de El Tambo, Cauca. Los uniformados se encontraban en operaciones contra la estructura Carlos Patiño, una facción de las disidencias de las Farc con fuerte presencia en el Cañón del Micay.

Según el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército, los militares fueron rodeados por cerca de 200 personas en el polideportivo de la vereda La Hacienda, quienes habrían actuado bajo presión de este grupo armado. El oficial calificó el hecho como un secuestro y denunció que la estructura armada utiliza a la población civil para obstaculizar las operaciones militares.

“Se trata de un secuestro porque son soldados sometidos y conducidos bajo coacción a un lugar contra su voluntad. No podemos disfrazar los hechos”, enfatizó el general Mejía.

El ministro de Defensa, general (r) Pedro Sánchez, también rechazó la retención y calificó la asonada como un “ataque directo contra el Estado colombiano”. En un comunicado, señaló que “la Constitución es clara: nadie puede retener a otro, salvo las autoridades legítimas y dentro del marco legal. Lo demás es secuestro, así se intente maquillar”.

El incidente ocurrió durante una operación de captura contra un presunto integrante de la estructura Carlos Patiño. Según el Ejército, tras ser identificado y aprehendido, la comunidad intervino para liberar al capturado, lo que generó la retención de los uniformados y una situación de orden público compleja.

Las autoridades insisten en que la instrumentalización de comunidades es una táctica recurrente de este grupo armado ilegal. “Amenazan de muerte, constriñen y obligan a actuar a la población civil para interferir en nuestras misiones”, declaró el general Mejía.

Por ahora, las operaciones militares continúan en la zona con el objetivo de restablecer el orden, recuperar la libertad de los militares y contener la influencia armada en este corredor estratégico del suroccidente colombiano.