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Papa Francisco sorprende en Pascua con llamado global a la paz y recorrido en papamóvil

A pesar de su frágil estado de salud, el papa Francisco se asomó a la logia de la basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi, pedir el cese al fuego en los conflictos armados y recorrer la plaza en papamóvil saludando a los fieles.

El papa Francisco reapareció este domingo 20 de abril en la plaza de San Pedro, en medio de su convalecencia por una neumonía bilateral, para impartir la tradicional bendición Urbi et Orbi desde la logia central de la basílica vaticana. Aunque no presidió la misa de Pascua —celebrada por el cardenal Angelo Comastri—, el pontífice argentino quiso participar con una breve intervención y un gesto inesperado: recorrió en papamóvil la plaza para saludar a los cerca de 50.000 fieles congregados.

Desde su silla de ruedas y sin las cánulas nasales que había llevado durante su hospitalización, el Papa pronunció en voz baja el saludo pascual: “Hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!”. El mensaje oficial fue leído por monseñor Diego Ravelli, maestro de las ceremonias litúrgicas, quien expresó las reflexiones del pontífice sobre la situación internacional, marcadas por una fuerte exhortación al desarme y la solidaridad con los pueblos en conflicto.

“La paz no es posible sin un verdadero desarme”, afirmó el mensaje. El Papa advirtió que “la necesidad que tiene cada pueblo de proveer a su defensa no puede transformarse en una carrera armamentista general”. Asimismo, instó a utilizar los recursos en iniciativas humanitarias y de desarrollo, en lugar de financiar la guerra.

El discurso también incluyó llamados específicos a favor del cese al fuego y la liberación de rehenes en Gaza, y mencionó los casos de Ucrania, la República Democrática del Congo, Yemen y Myanmar. Francisco reiteró su preocupación por el “creciente clima de antisemitismo” en el mundo y expresó su cercanía con los cristianos de Palestina, Israel, Gaza, Líbano y Siria. “¡Alto el fuego, liberen a los rehenes y presten ayuda a quienes padecen hambre y aspiran a un futuro de paz!”, leyó Ravelli.

Uno de los momentos más simbólicos ocurrió al finalizar la celebración, cuando el Papa subió al papamóvil descubierto y recorrió la plaza durante unos 25 minutos. Se detuvo en varias ocasiones para bendecir a niños y bebés, provocando vítores y aplausos entre los presentes. Este gesto marcó su primera aparición prolongada en público desde que fue dado de alta el pasado 23 de marzo, tras una hospitalización de 38 días.

Horas antes, en su residencia de Santa Marta, Francisco sostuvo un breve encuentro privado con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, quien se encontraba en Roma en visita oficial. El Vaticano informó que se trató de un saludo pascual de cortesía.

El mensaje del pontífice también tuvo un fuerte contenido espiritual. “La Pascua es la fiesta de la vida”, afirmó, recordando que “el amor venció al odio. La luz venció a las tinieblas. El perdón venció a la venganza”. Dirigiéndose a quienes viven momentos de angustia, el Papa aseguró que “sus gritos silenciosos han sido escuchados, sus lágrimas recogidas”.

Aunque su voz aún evidencia dificultades y su movilidad es reducida, Francisco mantiene su compromiso con el mensaje pastoral de esperanza, paz y fraternidad, incluso en medio de las limitaciones físicas. La celebración de este año coincidió con la Pascua ortodoxa, un hecho que el pontífice aprovechó para enviar un mensaje ecuménico desde el Santo Sepulcro: “Que la luz de la Resurrección ilumine Tierra Santa y al mundo entero”.